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Journal of Roleplaying Studies and STEAM

Abstract

En el presente trabajo se analizarán los juegos de rol como un espacio de subversión de las reglas dominantes para crear identidades, así como una estrategia para abordar los problemas teórico-discursivos de la performatividad (Butler, 2002). El eje principal para este tema, además del concepto de performatividad de Judith Butler, será el de corporalidades ciborg propuesto por Donna Haraway (1983): el sistema de rol Monsterhearts (Adler, 2019) invita a construir desde el discurso (sostendré que todo juego de rol es una práctica discursiva en grupo, consensuada y enmarcada en la perspectiva lúdica) corporalidades abyectas a la norma. El jugador se pone en la piel de un monstruo, un jaque a la dicotomía de naturaleza y cultura a la vez que una propuesta para construir relaciones subjetivas con un algo o alguien definido como “no real, no normativo”. Así, los juegos de rol son una invitación a plantear la problemática de género en términos de performatividad discursiva abierta, y a experimentar la “fantasía” de poder (y tener que) constituirse como cuerpos abyectos. Este sistema de juego se compromete explícitamente a revisar categorías políticas de sujeto, e invita a los jugadores a aceptar el atractivo de un personaje no normativo, no definitivo, en el marco del placer lúdico, donde el género y la sexualidad se establecen como una pregunta (Scott, 2008) no respondida, y que, si es respondida, lo es parcialmente y a través de una narración grupal que nunca deja de intervenir con nuevos desafíos al personaje.

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